martes, noviembre 01, 2022

Un Juego de Miradas


Frente al espejo de tus ojos de mar,
contemplo la forma de mi rostro por largas horas.
No hay palabras que interrumpan este momento
ritual donde el silencio nos encuentra
jugando a mantener viva la mirada.
En ese juego que inventamos de mirarnos
veo nacer una lágrima
en forma de barco  dentro de mí.
Comienza a navegar sobre mi cuerpo en busca
de una isla donde habitarse, habituarse.
Entonces tus brazos se extienden frente a mí.
En silencio me pides que te tome de la mano
sin dejar de mirarnos,
y alcanzo a sentir el calor de las palabras
que son puente para atravesar
las fuertes mareas de los últimos días.
Con la mirada puesta en el infinito
de nuestros ojos de mar,
ahora contemplo la forma de tu rostro por largas horas.
Seguimos jugando a mantener viva la mirada,
y en ese juego que inventamos de mirarnos
veo nacer una lágrima
en forma de barco dentro de ti,
que comienza a navegar sobre mi cuerpo
en busca de una isla donde habitarse, habituarse.
Entonces mis brazos se extienden frente a ti,
uniendo nuestra piel en un abrazo que se forma
al calor de las palabras,
encontrando por vez primera
un puerto seguro para nuestros pasos. 


Anna Bahena.

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Destino

En esta tierra de tiempo
y de silencio que es la vida,
hay un tren que nos espera
con destino hacia ninguna parte.
Cada día el viaje inicia
con la primera palabra
que pronuncia dentro sí nuestra memoria.
Y ahí vamos aventurándonos a explorar
esa tierra desconocida que abre sus puertas
para nosotros por 24 horas.
Despertar es como lanzar una moneda al aire
en busca de una respuesta que ya existe.
Despertar es darnos cuenta que hay vida
después de los sueños y que el sueño
en sí es la vida misma.
La vida que trascurre en un viaje marcado
por las revelaciones de los recuerdos,
por las nostalgias de los pasados
que conforman nuestra existencia
o por futuros inciertos que eligen
como destino la senda de nuestros pasos.
El destino hacia ninguna parte dura un día,
el destino hacia el amor toda una vida.
 

Anna Bahena. 


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jueves, enero 13, 2022

Variaciones del Silencio

Por Conrado Alzate Valencia

En septiembre del año anterior, dentro de la colección Libros al aire - Lecturas para viajeros, la Gobernación de Caldas, la Secretaría de Cultura y la Red Departamental de Bibliotecas Públicas, dieron a conocer los siguientes libros: Revelaciones en agua-tierra de Juanamaría Echeverri Escobar, Variaciones del silencio de Anna Bahena, Diálogo en un espejo roto de Luz Katherine Castellano Gil y Si preguntan por mí de Beatriz Zuluaga.

“Libros al aire - Lecturas para viajeros es una colección de autores colombianos que desde las regiones han consolidado sus nombres y sus obras a lo largo del siglo XX y XXI”; y “…que busca acercar a los autores más destacados del Departamento de Caldas a los lectores de los cuatro puntos cardinales”, como reza en la contracarátula de estos impresos. Por este exitoso proyecto que tiene como Asesor Editorial al Poeta Juan Carlos Acevedo Ramos, han pasado entre otros, los siguientes escritores: Octavio Escobar Giraldo, Octavio Hernández Jiménez, Adalberto Agudelo Duque, Fabio Vélez Correa, Eduardo García Aguilar, Jorge Eliécer Zapata Bonilla, Maruja Vieira, Albeiro Valencia Llano, Adriana Villegas Botero, Juan Carlos Acevedo Ramos y quien escribe estas notas.

Ahora hablemos un poco del poemario Variaciones del silencio, cuya autora es la joven Psicóloga y gestora cultural Ana Bahena, quien nació en Riosucio, Caldas, en 1984 y ha participado en algunas ferias del libro, encuentros y festivales de literatura en algunos departamentos. Además, ha dado a conocer su creación en las redes sociales, revistas y antologías del país.

En la obra antes mencionada, Anna Bahena entra al reino del silencio profundo para poder ver otra realidad, otros mundos, para poder decantar su producción poética. Pues el mundo que nosotros conocemos desde niños, está colmado de sonidos. Nosotros estamos hechos de pensamientos, de muchas voces; somos seres de palabras. Ni siquiera en la noche hay sosiego. El gran filósofo antioqueño Estanislao Zuleta, en su profundísimo ensayo “La metamorfosis”, nos recuerda que Franz Kafka, quien era un creador nocturno, en una célebre carta escrita en enero de 1913, expresa: “… nunca puede uno rodearse de bastante silencio cuando escribe, la noche resulta poco nocturna, incluso”.

Y Anna, quizás comprende bien lo dicho por Kafka, cuando preconiza con estos breves renglones su inconformidad con las horas nocturnas: “La noche en su silencio intranquilo / pasa con la violencia / de un río inundando las calles” (Hora infinita. O estos versos: “La noche parece imposible / y el azar es una llave perdida / en el fangoso jardín de las ideas” (Variaciones del silencio).

¿Entonces en donde hallar el silencio total? Esta pregunta la responde el antropólogo, escritor y nagual peruano Carlos Castaneda, en Una realidad aparte, quien aconseja suprimir el diálogo interno, cerrar los ojos y ver con el oído, para así poder parar tanta “habladuría” con uno mismo: “- Antes que nada debes usar tus oídos a fin de quitar a tus ojos parte de la carga. Desde que nacimos hemos estado usando los ojos para juzgar el mundo. Hablamos a los demás, y nos hablamos a nosotros mismos, acerca de lo que vemos. Un guerrero se da cuenta de esto y escucha el mundo; escucha los sonidos del mundo”.

Pero tal vez el silencio absoluto no existe, pues aún en la mudez interior hay una gran ebullición de ruidos. El mismo Castaneda, guiado por su maestro el brujo yaqui Juan Matus, y quien es capaz de suspender el diálogo interno y escuchar los “sonidos del mundo”, cuenta que: “Empecé a escuchar y pude discernir silbidos de pájaro, el viento agitando las hojas, zumbido de insectos”. Castaneda también advierte que en el diálogo interno hay espíritus que pueden ser peligrosos para el hombre.

Y esto también lo percibe la poeta de la ciudad del Ingrumá en su mutismo: “Olas de silencio van golpeando” (Naufragio). O: “Leo las paredes / como si fueran un libro / donde se escriben / los inicios de la libertad / del sueño / y donde solo el silencio / tiene la fuerza / para leer en voz alta” (Habitación). O: “mientras en silencio ves / como tu corazón palpita / tempestuosamente” (La cara opuesta del olvido). O: “el rugido de un beso que me lanza el silencio” (Botella al mar).

Pero no nos detengamos. Continuemos con el recorrido por estas 52 páginas, que pretenden hacer del silencio principio y razón de todo el corpus poético. Y donde: “Algo entorpece el sonido del silencio” (Reloj de arena). Y ese algo no es más que la soledad, las penas, la incertidumbre, el terror que genera el báratro de estos días aciagos, el diálogo con nosotros mismos.

En ese momento, es urgente abandonar la vieja costumbre de habitarnos, salir de nosotros para percibir el exterior, abandonar lo que el existencialismo poético de Alejandra Pizarnik llama: “El horror de habitarme…”. Y lo más oportuno es: “Romper el silencio / esconderse en él / apagar la luz de las palabras / y que todo sea sombra / sin ninguna fuente de luminiscencia” (La huida). O: “A ver si me despierto, / sin sentirme, / sin oírme” (La espera).

Por último, digamos que Anna Bahena, quien confiesa en su ópera prima que: “A veces siento que dentro de mí / habita una sensación de lejanía” (Lejanía), encuentra otra solución salomónica para huir de sus barrotes, de las montañas que no la dejan ver el mar: “Este corazón que busca / la sombra de la vida / donde sentirse a salvo, / donde encontrar el mar / que vibra con el viento / y ese canto febril de las gaviotas” (Variaciones del silencio).

 

Riosucio, Caldas, enero 7 de 2022

martes, septiembre 07, 2021

Un nuevo lenguaje.

La noche llueve.
Veo caer una palabra,
que se desprende del cielo de tus ojos.
Alcanzo a leer el poema que brota de tu ser,
el silencio,
la lágrima que nace,
la palabra salada 
de un dolor que desconozco. 
Te veo y te nombro.
Nos nombramos en el lenguaje misterioso
que nace de nuestro encuentro
con la tristeza. 
Tú revelas tu alma 
colmada de llanto enardecido,
Yo  revelo mi alma 
bañada de un mar enfurecido. 
No es necesario pronunciar en este instante
aquello que nos habita y nos hace hablar 
de las voces que cantan dentro de sí.
Suficiente poema estamos escribiendo
mientras nos miramos 
fijamente a los ojos. 
Suficiente es arriesgarnos 
a ser traducidos por nuestras miradas
que significan la vida.
Hemos creado
un lenguaje con palabras 
inexistentes que solo nuestras almas
conocen a fondo. 
Sí, es el lenguaje que solo puede leerse
en un momento de contemplación 
donde se revela el alma,
con el abrazo que se transmite 
de mirada a mirada,
en el silencio que nace
de corazón a corazón abierto. 

Anna Bahena.

martes, agosto 10, 2021

Tabernáculos

 “Recuerda aquel pétalo en el latir del corazón y todo lo que aprendiste de aquella historia, que le contaste a la luna... de tu Alma...”

Día gris en lo que va del alma. Y bajo esta noche estuve recordando aquellas palabras cercanas a una historia y entre ellas quise saber si un poema que alguna vez llegó a mis manos estaría colgado en alguna página de este gigantesco mar. Entonces escribí: “Y llegaste de vestida de luz y color...” Entre en las páginas que visité aparecieron varios nombres, pero solo en una de esas páginas entre líneas conllevaban a esta frase. Lo único que variaba era la palabra fragancia por perfume. Aquí dadas las casualidades vengo a encontrar esa huella de la que durante tantos años he esperado respuesta. Aunque data de un momento de muchos años atrás, un augurio de melancolía, guardo la esperanza de que haya sido hace poco tiempo y durante una casualidad que llegaste a este lugar, así como guardo la certeza que esta botella y este mensaje llegarán a tus manos.

Han pasado muchos años desde que llegaste a inundar este mundo de palabras. Cada forma de la vida ha tenido algo de ti. La soledad se precipita cada vez que abro la puerta de tu recuerdo. Las palabras que grabaste en mi libreta en ese diciembre azul de tu llegada y tu magia, son la única fuente precisa que tengo de tu paso por mi mundo. Tengo tantas cosas que contarte. La vida, la nostalgia, el asilencio y la melancolía han crecido a mi lado. El día esperado se escapa del destino que una vez soñamos bajo la luna llena. La vida ha girado llena de azares y de sueños cumplidos y otros no cumplidos. Me siento estancada de vez en cuando en todo lo que creo y solo aquí en esta Botella al mar tengo la palabra que me habita. La única que es testigo de todos los escombros que dejó el paso de un amor en mi memoria.

Quise transcribir una carta que alguna vez te escribí pero las palabras limitan en este momento cada pensamiento. Tengo las emociones encontradas, el corazón acelerado, la sangre fluyendo piel adentro como si hubiese abierto un cofre que contenía el tesoro de un mensaje, como si abriera una botella al mar y en su contenido encontrara el mensaje intacto de tu paso por el mundo, me reviviste. Oh! Maninheiro, “La vida está llena de sueños pero es preciso no saberlo”. Ahora tengo miedo como la veladora, como si la vela al apagarse, evaporara con su llama el recuerdo de lo que fue reencontrar una emoción que reprimida estaba en la media luna del corazón que había olvidado.

¿Cómo es eso que en esa hora madre de Sueños, encontraste este pedazo de nostalgia? Y si te dijera entonces que estás en cada puesta de sol y en cada nacimiento de la luna. Que aun después de tantos años sigo con la imagen que dibujé de ti gracias a las descripciones de la vida y de la muerte. Que hay entonces de esas palabras que aprendí a conocer años atrás. Ahora recuerdo cual fue la que me tiene ahora mismo escribiendo: tabernáculo. Sé que lo entenderás.

Aquí los días han pesado como rocas pero siempre se vislumbra una pequeña sensación de esperanza. “Cada hora es madre de Sueños” y en esta hora los sueños de despiertan llenos de esperanza. No la dejes morir, me aterra leer que “Solo te veo a lo lejos, no quiero que te preguntes quién o cómo soy...” me llena de angustia, me opaca los sueños y me llena de una eterna nostalgia, pues como ves, aún después de tantos años tengo intacta tu presencia

¿Algún día vendrás? ¿Nos sentaremos a tomar ese vino una noche de invierno o bajo las estrellas? ¿Habrá un nuevo tiempo para soñar? ¿Para contar historias de caracoles o viajes en el mar? Hoy has llegado a interferir el silencio de los largos años, marcando una nueva huella de incertidumbre: “No preguntes quién soy. No lo sabrás, por más que te cuestiones”. Después de tantos años aún sigo preguntándome quien eres y por qué tantos años de melancolía escrita en el silencio.

Tantas cosas por decir entre las horas, ojalá yo pudiese verte de cerca y decir que el latir de tu corazón me recuerda a mi alma.

A. 

martes, noviembre 17, 2020

Piel Adentro

El cuerpo es un mundo 
habitado de islas silenciosas. 
Todos llevamos un mar adentro.
Oleajes de palabras
salen en forma de voz 
traduciendo los lenguajes   
que han visto nuestros ojos. 
Piel adentro las palabras se mecen 
de norte a sur del corazón. 
Por ejemplo, aquí, dentro de mí 
la palabra vida se encuentra 
limitando con la isla 
de la soledad y el sueño. 
Y la palabra muerte 
al igual limita con la isla 
del tiempo y del olvido.
Son ellas dos palabras
que se conocen de fondo. 
Hablan de ese pequeño
infinito que nos nombra.
Son palabras 
que traducen el silencio
de lo que no hablo 
de aquello que me habita. 


Anna Bahena. 

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martes, junio 02, 2020

Poema lanzado al Mar de las Palabras


Si tan solo entendieras
que dentro de mí
habita un engendro dantesco.
Lo compone el silencio
la melancolía de la calle sin tus pasos
la paciencia del mudo timbre del teléfono,
la espera de tu voz sonando como una canción
que señala tu regreso en horas desveladas.
El paso de la vida sigue dando giros en los días,
días que en su pausa
traen la luz que dejaste en mi memoria
desde aquella despedida:
La noche, el sueño de vivir lo que nos corresponde
en un interrogante incierto
de respirar la vida o condensar el día
en un rayo de sol que me responda
si aquí bajo el silencio
vienes o te escapas de aquello
que una vez soñé bajo la luna
mientras posabas tu silueta
a los sueños de la vida.

Anna Bahena.

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martes, abril 07, 2020

La Cara Opuesta del Olvido

A veces
para entender
el lenguaje de la vida
basta con encerrarse,
mirarse en el espejo
de la casa
con la luz encendida.
¿Qué ves?
Apenas un tímido reflejo
te recuerda la última vez
que levantaste tu rostro
y te viste sonreír.
Pero entiendes ahora
que ese que se mira
en el espejo ya no eres tú.
Es tan solo un fragmento
de tu propia de vida:
aquel que juega con el reflejo
de una máscara
y descubre que al acercarse
lo que un día deseaste ser.
Te quedas mudo, inmóvil,
Tratando de reconocer
un poco de vida en tus ojos
sin fondo,
mientras en silencio ves
como tu corazón palpita
tempestuosamente.
Un miedo te invade
y en vez de enfrentarlo
prefieres apagar
la luz, quebrar el foco
que le da la razón
a tu existencia.
Es ahí cuando ese tímido
reflejo de tu ultima sonrisa
se desvanece eligiendo
la cara opuesta del olvido.
Y entonces recuerdas
que por ahora no habrá muerte
porque es ella quien te espera
con una foto a blanco y negro
y el recuerdo de tu rostro
en algún lugar de la ciudad. 

Anna Bahena. 


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